LO
QUE NO HAY QUE HACER BAJO NINGÚN CONCEPTO
Aunque
no existe una receta
mágica que funcione siempre para acertar,
hay numerosos sistemas para fallar, meter la
pata, hundirse en la miseria y pasarlas canutas,
así que toma nota de estos consejos sobre
lo que nunca debes hacer si no quieres pringar.
Vivo
en Cangas de Onís y veo de todo. Es muy
habitual encontrarse a varias familias el 15
de agosto (a las dos de la mañana) buscando
alojamiento a la aventura porque
no han realizado una reserva previa.
Suelen comentar que vienen desde Oviedo parando
en todos los hoteles y están llenos.
Para confirmar su candidez e ignorancia, achacan
su problema a la escasez de oferta, sin darse
cuenta de que la demanda es elevadísima
y hay que ser muy inocente para pensar que se
puede encontrar una habitación así
como así. Nadie
reconoce su error y lo achaca todo
al infortunio, evitando asumir la culpa. A veces
se trata de familias enteras con niños
que no tienen ninguna culpa de la incompetencia
de sus padres. El viajero en estos casos comenta
que va a la aventura, frecuentemente sin mapa
ni plan de viaje, incluso
sin saber en qué provincia se encuentra.
No tiene ningún sentido establecer
estancias consecutivas en poblaciones
con escasas distancias entre ellas.
Cambiar a un hotel que está
a cuarenta minutos del anterior es
improductivo, ya que siempre compensa
establecer la base de operaciones
en un lugar desde donde se efectúen
todos los desplazamientos, con el
consiguiente ahorro de tiempo en hacer
y deshacer maletas, encontrar el hotel,
etc. |
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La
primera línea de costa se paga cara y
cuanto más te
metas al interior, mejores son los precios.
Las vistas al mar son un lujo y puede
ser más rentable desplazarse diariamente
a la costa si el alojamiento cuesta 50 euros
diarios más.
Los hoteles de ciudad son más baratos
durante el verano y eso hay que saber aprovecharlo.
No tendrán encanto rural pero a cambio
uno se ahorra mucho dinero. La
prueba está en las reservas con Bancotel.
Nunca
viajes sin reserva previa
a no ser que tengas muy claro que el sitio a
donde vas tiene exceso de oferta de alojamiento.
Influyen mucho las temporadas. Aunque Madrid
tenga un montón de hoteles, si vas durante
algún acontecimiento importante lo pasarás
muy mal si llegas a las tantas. Te
pasarás horas buscando un alojamiento
que no vas a encontrar. Incluso hay
gente que se cabrea.
Nunca
llegues a una ciudad o cualquier otro
destino por la noche.
No te conviene. Será más
difícil encontrar el hotel
y encima verás poca gente a
quien preguntar. |
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Lo
barato es caro y lo caro es barato. No busques
solamente lo más barato por ahorrarte
tres euros, pues te
arriesgas a meterte en cuchitriles
cuando por el precio de dos cafés a lo
mejor estarías en un alojamiento de calidad.
Es
divertido el peregrinaje en busca del hotel
más barato.
En julio, cuando la ocupación es floja,
los viajeros que improvisan suelen recorrer
la zona durante toda una tarde a la caza de
la ganga, hasta que por fin ahorran 5 euros
mientras gastan 8 en gasolina y 7 en móvil,
además de una tarde de hotel en hotel
en lugar de disfrutar del viaje.
Cuando
alguien busca alojamiento y le envío
a la central de reservas de la oficina de turismo,
casi nunca me hace caso nadie, sino que va de
recepción en recepción, a
pesar de haberle advertido que la central de
reservas cuenta con disponibilidad en tiempo
real. En Cangas de Onís la
central la gestiona El Corte Inglés.
No obstante, ya voy calando al turista según
hablo con él y desgraciadamente
los consejos caen en saco roto, pues tiene prejuicios
y no hay quien le saque de su tozudez.
Muy curioso es cuando el viajero considera caro
el precio del hotel de una estrella y acto seguido
va a consultar al de tres estrellas.
En
webs como la de Toprural se puede
conocer la opinión de los viajeros
que ya han estado en el establecimiento.
Muchas agencias que venden por Internet
también permiten a los huéspedes
opinar y de
ese modo el turista se informa mejor
sobre lo que se va a encontrar. |
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No
te precipites. Compara.
Nunca aceptes la primera oferta. Hay numerosas
centrales de reservas por Internet que están
pensadas para que encuentres un hotel a tu medida.
El
peor precio posible de un hotel se consigue
reservando directamente con el hotel por teléfono
o bien en la propia recepción.
Te preguntarás cómo es eso posible.
Seguro que piensas que al no haber intermediarios,
el precio debería ser mejor. Te equivocas.
Los intermediarios son los que venden el hotel
y también son sus mejores clientes y
trabajan con grandes volúmenes de habitaciones,
por lo que obtienen descuentos que trasladan
al viajero. Las agencias
no te cobran comisión a ti, sino al hotel.
Si el precio de agencia es de 50 euros, el del
hotel nunca va a ser menor, lo que hace el hotel
es no perder en comisiones. Tengo bastante experiencia
al respecto y cada día me sorprendo más.
Si
quieres meter la pata, allá tú.
Aquí ya te avisamos.
Cuando salgas de casa tienes que tener medianamente
definido el proyecto de viaje, con número
total de noches y etapas. Cuidado con los recorridos
mayores de 500 km, que no siempre se hacen en
menos de cinco horas.
Mención
aparte merecen los navegadores y los planificadores
de rutas, que de momento todavía
no igualan a los humanos en muchas cosas.
Hay gente que llega a Cangas de Onís
por la ruta más corta, esquivando las
autovías gratuitas y luego se queja de
que la carretera tenía muchas curvas.
El puerto del Pontón y el desfiladero
de los Beyos son muy bonitos pero no para circular
a medianoche y con lluvia, sin una gasolinera
en muchos kilómetros. Otros
siguen a ciegas al navegador que no está
bien programado y acceden por carreteras rurales
estrechísimas a las que el navegador
ha asignado una velocidad posible de 80 por
hora cuando a duras penas se pasa de 40. Nada
mejor que comprarse un mapa por 6 euros y tenerlo
siempre a mano, lo cual nos dará una
idea global del viaje. La tecnología
puede ser útil pero no hay que confiarse.
Por ejemplo, Viamichelin nos propone ir de Cangas
de Ribadesella por una carretera en la que casi
no cabe un coche y por donde solo circulan todoterrenos.
Cada
vez que paso por la plaza del ayuntamiento veo
mucha gente que busca información turística
en la oficina municipal. La pregunta que hace
el 90% de los visitantes es
¿Qué podemos hacer y ver? Resulta
que en lugar de planificar un viaje para ver
cosas que interesan, primero se piensa en el
destino y luego se buscan los motivos. Eso es
empezar la casa por el tejado. En plena era
de internet, uno se puede llevar desde casa
las guías turísticas y el recorrido
planeado. Lamento profundamente que haya tanta
gente moviéndose a la aventura, sin criterio.
No hay más que acercarse a la cueva de
Tito Bustillo, en Ribadesella, para ver las
caras de los turistas que se encuentran con
que las entradas ya han sido vendidas con antelación
a viajeros que han reservado. Luego
vienen los cabreos. Por lo menos usted está
leyendo esto y sabe de qué va el tema.
Para
finalizar, una recomendación,
el artículo que publiqué
en la revista Horeco titulado "Fin
de Semana en Salamanca"Resulta
revelador porque descubre las enormes
diferencias de precio en un mismo
hotel para distintos sistemas de reservas. |
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Buen
viaje.